Presentación

Actualmente, nuestras sociedades se encuentran transitando una gran transformación, producto de una revolución de las tecnologías de información y comunicación. Este nuevo modelo de organización implica grandes transformaciones económicas, políticas y socio-subjetivas donde la comunicación digital cobra un creciente protagonismo, en todas las aristas. Desde el punto de vista de la utilización de las plataformas de comunicación digital (motores de búsqueda, páginas web y, posteriormente, redes sociales y plataformas de e-commerce), su avance vertiginoso generó consecuencias en lo que podría agruparse en dos grandes dimensiones: una dimensión que implica mayor interdependencia económica, política, ideológica y cultural de las sociedades y sus Estados frente a estas plataformas privadas transnacionales y una dimensión que implica la democratización de las comunicaciones y su potencia contrahegemónica. Sin perder de vista la dimensión de la interdependencia, la dimensión que nos interesa atender, y la que tomaremos como posibilidad de apropiación para usos benéficos, es la que habilita a una democratización de las comunicaciones. La llegada de las plataformas digitales, su acceso “a bajo costo” y la ubicuidad de los dispositivos generó que las personas y las organizaciones pudieran acceder a construir sentidos colectivamente (definición misma de la comunicación de acuerdo al semiólogo Eliseo Verón). Si en la era de la comunicación analógica generar un mensaje implicaba una univocidad en el discurso y un grado altísimo de inversión para llegar a un público masivo, con la posibilidad de recibir devoluciones en formatos limitados como el correo de lectores o los sondeos de opinión, en la era de la comunicación digital la posibilidad de generar canales propios de comunicación se amplió de manera inimaginable. Las revueltas populares en los países árabes o el movimiento de los indignados en España son meros ejemplos de organización popular canalizados a través de las redes sociales que, fomentados en gran medida por iniciativas individuales que encontraron eco en estas plataformas, materializaron gritos de protesta que contestaron con poderosa firmeza a la gestión de sus gobiernos. En conclusión, partimos de la concepción de que la comunicación digital abre a la vez una demanda y una necesidad de hacer uso de las plataformas para construir espacios de información, socialización, educación, activismo político y, también, entretenimiento, que ni las empresas, ni los gobiernos ni los partidos pueden dejar de utilizar. En el presente curso buscaremos dotar de herramientas a las y los gestores estatales de los sectores públicos provinciales, municipales y de la CABA para que hagan uso de las bondades de estas plataformas en beneficio de una mejor gestión de sus propias funciones y las de las instituciones que representan, a la vez que puedan colaborar en el cumplimiento de los objetivos de la administración local en la que se encuentren insertas e insertos.